Una de las excursiones que más fuertes sensaciones pueden despertar
por este entorno subbético, es hacer el circular de la cresta de la Alhucema
(1453m) en la Sierra de la Horconera. Es una ruta que no es larga, pero si
intensa; salimos directamente haciendo el ascenso por la cresta del Barranco
del Cortijo Alto de Torres, tramo corto pero duro, el paisaje empieza a ser
inmejorable, algunos tramos que escalar, para pronto llegar al puerto donde las
vistas se tornan aún más espectaculares.
Vigilados por la Tiñosa al este y el Bermejo al oeste. Empezamos en
segundo tramo no apto para todos los públicos, la cresta de la Alhucema;
caminamos en dirección suroeste, al
fondo tras sierra Alta (Rute), el pantano de Iznájar, todavía cubierto de
niebla. Las vistas son fantásticas, claro cuando dejas de andar y te relajas
con ellas, mientras tanto la concentración en cada paso se hace fundamental,
hay zonas muy expuestas con tramos aéreos donde no cabe ningún error. Llegamos
al punto más alto marcado con un hito de piedras, foto y a seguir por la cuerda
en busca del cerro de la Cruz (1314m), en dirección sur. Descendemos buscando
la cueva del Sello y la de los Cuarenta, para volver hacia el coche a través
del bosque de encinas, donde por cierto, se encuentran algunas de las más
centenaria de la Subbética. Como siempre, buena compañía, y hasta la próxima.
viernes, 26 de febrero de 2016
viernes, 19 de febrero de 2016
RÍO BAILÓN
Tras varios días de lluvia, que por cierto, esperábamos inquietantes,
hemos podido disfrutar del verdadero invierno. Salimos al campo con ganas de
mojarnos, con la ilusión de ver a los arroyuelos correr, los pilares rebosar y
porque no, las chorreras reventar… y, la sorpresa fue mayúscula, pues no nos
podíamos imaginar tanta agua en tan poco tiempo.He editado un vídeo donde se puede ver el estado del río Bailón en sus
tramos más relevantes; el poljé de la Nava repleto de agua; el sumidero totalmente
colmado, con el característico remolino al tragarse el agua; el pilar de la
Majá casi cubierto de agua por la espectacular laguna que se genera; el puente,
superado por el nivel del agua; las chorreras, ¡impresionantes¡, yo diría que
nunca las había visto así; arroyos y aportes múltiples que hacen del cañón del
río Bailón, el rincón donde el agua se muestra en su estado más puro y salvaje,
donde más impresiona el sonido del ésta, y donde sus cascadas se precipitan con
más fuerza, una muestra de la belleza natural de nuestra sierras. Un
saludo.
lunes, 1 de febrero de 2016
CUEVAS de la SIERRA de la GALLINERA
Estos últimos días
los hemos dedicado a explorar algunas de las más importantes cuevas de la
Sierra de la Gallinera (Carcabuey), cargadas de pasado, leyendas e historias entorno a un
tesoro por allí escondido: el Palanzuelo, los Tocinos y los Inocentes. La
primera se localiza en la cara noroeste, al pie de un espectacular tajo; tiene
una parte exterior que hace de abrigo, donde destaca la presencia de un
conjunto de figuras antropomórficas pintadas de color rojo, una muestra del
Arte Rupestre Esquemático. En su parte interior se encuentra la sima, a la que
se accede con técnicas de TPV, y cuya dificultad es media-alta. Es una diaclasa
de unos 40m de profundidad, con dos pozos independientes entre sí; el que
muestra más interés se encuentra en el segundo sector al que se accede
instalando un pasamanos, que nos da paso a una galería que nos lleva al pozo de
unos 20m. Nos sorprenderá una espectacular colada, y en el punto más profundo,
la presencia de un gran tronco posiblemente utilizado arriba para sortear el
pozo de entrada; y al final, una pequeña sala con un bello gour fósil,
estalactitas, columnas, excéntricas, etc. que invitan a echar un descansito y a
hacer alguna fotografía; por cierto, curiosa estampa y nunca mejor dicho por su aspecto, la que presentaba un posible murciélago orejudo muerto y agarrado a la piedra por una de sus garras. Las otras dos cuevas se encuentran en su cara sur,
entre romeros, coscojas, aulagas, enebros, etc. otro paisaje totalmente
distinto. La Cueva de los Tocinos, es quizás la de mayor recorrido de la zona,
y su carácter laberíntico impone un poco cuando estás en faena. No es necesario
el uso de cuerdas, pero quizás recomendable el de rodilleras y coderas. En su
parte más interna se encuentran algunas pintadas de los distintos grupos que
por allí han ido pasando, y una de ellas me causó especial emoción (al
contrario de lo que me suele ocurrir), en ella aparecía el nombre un amigo
especial, que estuvo por allí en el año 85, y que hace poco nos dejó. Nuestro
Gran Quico. Al final de ésta, se
encuentra una espectacular banderola, quizás junto con el gour, la formación
más bella. Por último, visitamos la cueva de los Inocentes, justo por encima de
la anterior; de las tres la menos atractiva, pero su boca invita a trastear qué
esconde en su interior. En todas estas cuevas se han encontrado restos
cerámicos, óseos y herramientas del Neolítico; para nosotros además del reto deportivo,
es ilusionante poder presenciar la morada, el lugar de culto o la guarida, que
en tiempos remotos supuso para nuestros antepasados. Como siempre un lujo la
compañía, un saludo y hasta la próxima.
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