martes, 19 de julio de 2011

RÍO SAN JUAN

Otro día en remojo. Esta vez nos toca refrescarnos en el río San Juan y en su espectacular cascada de Charconales, con jacuzzi natural incluida. Nace en el término municipal de Castillo Locubín, aunque leyendo por ahí, parece que no está muy claro su nacimiento, hablan de los montes Gracia y cerro Marroquí, cerca de Valdepeñas. Entramos por la aldea de Sabariego, no sin antes visitar el curioso mercadillo de ingleses (por está zona hay una importante colonia), donde intercambian sus “cosas”. La primera parte del río es de aguas tranquilas, aunque llena de imprevistos, a partir del segundo tramo la diversión está garantizada; el Aquajuan, el Circuito y por último Charconales. Un saludo y hasta la próxima.
¡AH! Recuerdo que cuando las actividades son en ríos hay que tomar todo tipo de precauciones, cualquier resbalón nos puede dar un susto, hay que estudiar antes la profundidad de las charcas, divirtiéndose pero sin cometer locuras y, a disfrutar de la naturaleza. Chao

sábado, 16 de julio de 2011

CAÑONES de MINGO

Ya llegó el verano y con él las rutas por agua. Por la Subbética, pocas excursiones se pueden hacer dándote un remojón, hay que investigar en las proximidades y descubrir ríos con el agua suficiente para sofocar las temperaturas extremas que sufrimos por estos entornos, y ¡cómo no! disfrutar de nuevos rincones.
En esta ocasión partimos de un paraje llamado Puente la Reina, una zona residencial a pocos kilómetros de Jaén, donde confluyen el río Quiebrajano y el río Frío. Tras un desayuno muy confortable; el agua está fría y hay que coger calorías, nos metemos en el río, donde no hace muchos años sus aguas producían una industria importante de truchas, en la parte superior derecha se divisan los restos de lo que fue una piscifactoría. Subimos río arriba hasta los cañones de Mingo, es el tramo más espectacular de la parte  que pudimos hacer, el agua baja entre paredes sinuosas erosionadas con la fuerza del agua y el paso del tiempo, disfrutando de auténticas esculturas naturales, paredes llenas de oquedades, que en muchas de ellas, en todo este entorno y en zonas más elevadas, albergan muestras del paso de nuestros antepasados remotos, con pinturas rupestres antropomórficas y zoomórficas. Salimos a un tramo de aguas mansas, contemplando algunas de las aguas manantiales que alimentan al Mingo, hasta llegar a una presa donde nos sorprendió el “Hombre Alga”, que rápidamente huyó, pues con unos ajitos y unos huevos podía ser devorado. A continuación llegamos a un paso estrecho y profundo, que nos lleva a una poza bastante grandecita y profunda, que puso fin a nuestro trayecto pues, de ahí no había manera de pasar. En otra ocasión intentaremos, por el río o por las veredas alternas, llegar hasta arriba, hasta al canal que trae las aguas del Quiebrajano, para seguir sorprendiéndonos de este precioso lugar.

Un saludo, y hasta el próximo chapuzón.