El pasado sábado retomábamos nuestras rutas por la Subbética para hacerle
una visita a una de las sierras que para mí tiene más encanto por todo lo que
le atesora, La Gallinera
(1.090m.). Una pequeña cordillera formada por tres elevaciones con sus
correspondientes puertos, no muy alejados de las cimas; de gran interés natural
y paisajístico, por sus cuevas y abrigos
que abundan, por sus formaciones dolomíticas que son caprichosas esculturas naturales,
por sus espectaculares tajos, canchales, etc., en fin hay que ir para verlo o
por lo menos, echarle un vistacillo a las fotos que os he preparado. Como
siempre un grupo de colegas a los que nos apasiona comernos un mollete en lo
alto de un cerro, ascendemos por la cara este hacia la cima, no sin antes
meternos en toda aquella covacha que se nos pone al paso y en algunos casos
haciendo muestras de cierto atrevimiento al encaramarnos por algún tajete. En
las zonas más altas nos encontramos con algunas muestras de sabinas y de
enebros, que le dan otro aire peculiar al paraje. Una vez arriba, divisamos el
paisaje tan diferente que nos muestran las dos caras de esta sierra, y a lo
lejos otra vista espectacular de la Subbética.
De aquí nos dirigimos a la Cueva del Rodaero, en dirección noreste, a través
de esas curiosas formaciones rocosas, y sorteando aulagas y romeros, que
abundan en estas sierras. La cueva (que hay que encontrarla) es la guinda del
pastel, ¡qué disfrute!, ¡qué misterio!...formaciones subterráneas propias del
paisaje Kárstico que caracterizan la Subbética, que nos dejan con ganas de conocer
otra nueva gruta. Otro estupendo día, en buena compañía. Hasta la próxima.