miércoles, 17 de agosto de 2011

RÍO VERDE

Hoy hemos disfrutado como chiquillos, saltando a todas las pozas que se ponían en nuestro paso, un día para repetir. La ruta del río Verde es una de las rutas más emblemáticas de la Sierra de Alhama, Tejera y Almijara, paraíso de excursionistas y aficionados al barranquismo. Situada en la sierra de Cázulas, en el término de Otívar, a la que se accede por la carretera que comunicaba antiguamente la capital con la costa, llamada la carretera de la Cabra. Nuestra ruta se realiza a través de un sendero señalizado y tramos de río. En su recorrido podemos observar las impresionantes cascadas, cañones, con sus aguas verdes, esmeraldas y cristalinas, así como su fauna y flora. Iniciamos la excursión por el sendero serpenteante y con espléndidas vistas a las sierras del entorno, destacando las Cascadas de Funes, impresionantes, con saltos de agua espectaculares, que además tuvimos la suerte de verlos rapelar por unos barranquistas. Descendemos hacia nuestro primer objetivo que es la Cascada de los Árboles Petrificados, llamada así por los troncos atascados en ella, que con el paso del tiempo han sido recubiertos por la disolución de la piedra caliza, que acumulada en ellos da ese aspecto pétreo; es un lugar idílico, para no olvidar. A su derecha y arriba hay una cuevecita, con agua y con algunas muestras de estalactitas y estalagmitas. Seguimos por el sendero hasta la fuente de las Cabrerizas, donde echamos un trago y reanudamos la marcha. Llegamos a la presa, donde algunos barranquistas inician su ruta, nosotros buscamos hacia arriba una poza oculta donde desayunamos y practicamos nuestros primeros saltos. Bajamos de nuevo el río y llegamos al sendero que cruza a éste; empieza uno de los tramos largos de camino con un desnivel considerable ¿verdad Julián?. Subimos y a continuación bajamos, ¡qué gracia!, pero es la única manera de sortear una cascada grande, que si no vas preparado, no hay manera, y así llegar al Barranco de las Chorreras, lugar ideal para disfrutar del agua. Aquí, hay una de las más espectaculares cascadas llamada “Y griega”, supongo que por su forma, donde disfrutamos viendo a un grupo rapelar, y por supuesto saltando sobre su poza. Bajamos un tramo y volvemos a salir del río, cogiendo de nuevo la vereda (que sube y baja) que nos lleva a las últimas pozas del trayecto, es la zona de baños de los lugareños que llegan allí, dejando el coche a pocos metros. Nos sorprendió que no hubiera nadie, mayor disfrute pues, el año anterior era un hormiguero que hacía que perdiera el lugar parte de su encanto. Después de unos cuantos saltos, entre ellos el espectacular salto la Mata, abandonamos el lugar para llegar a la presa, donde se juntan los ríos, que es el final del trayecto. Allí nos espera el coche, que tras el dichoso impuesto revolucionario que tenemos que pagar, nos quita de un fatigado ascenso de varios kilómetros hasta llegar a la carretera. Y esto ha sido todo, una encantadora excursión donde se multiplican las sensaciones.
Un saludo




viernes, 5 de agosto de 2011

RÍO HIGUERÓN

Hoy toca disfrutar de la Axarquía malagueña; partimos de la villa de Frigiliana un bello pueblo blanco situado a unos 300m sobre el nivel del mar, y que se extiende por el paisaje montañoso de la Sierra de Almijara. Nuestro destino descubrir los encantos del río Higuerón, sus charcas, albercas, cataratas, cahorros, flora y fauna. De la misma plaza del pueblo se emprende la marcha hacia abajo buscando el cauce del río. La primera sorpresa es una catarata espectacular, que nos invita a visitarla, es nuestro primer remojo. Después nos sorprende una alberca de considerable tamaño, de aguas cristalinas, que recoge el agua del río para los regantes de la zona. Aquí el baño es obligado, y para los expertos saltadores, motivo de exhibición. A continuación llegamos a un merendero con una charquita muy agradable, y a partir de aquí el recorrido se estrecha entre manantiales, pinares y enormes adelfas. Pasamos a una zona ancha y pedregosa del río, que nos da muestra del caudal del río en invierno; aquí el calor aprieta, reponemos fuerzas y a adentrarnos en el tramo más bonito y divertido. El río se encaja entre tajos y desfiladeros, obligando casi hasta el final a ir por el cauce; charcas, toboganes, escaladas y por último, la gran cascada, no por su tamaño, sino más bien por su encanto. No dejéis de verla y atravesarla, detrás hay una cuevecita que os gustará. A partir de aquí no se puede pasar por esta ruta, de vuelta otros siete kilómetros de buena compañía. Espero que os guste el reportaje, en el que han colaborado, en esta ocasión Luís Muñiz y Juani Castro.
Un saludo