En esta ocasión comenzamos nuestra ruta en uno de los pueblos blancos gaditanos, Zahara de la Sierra, una preciosidad. Tras un copioso y barato
desayuno en la plaza del pueblo, nos dirigimos hacia la cancela del puerto de
los Acebuches, donde comienza la ruta. Bajamos al barranco a través de un
camino que nos deja ver la cordillera que eleva el Pico San Cristóbal y el
Torreón, la cima de Cádiz. Pronto llegamos
al arroyo Bocaleones que nos acerca a la Ermita de la Garganta Verde, nuestro primer
destino; espectacular abrigo de unos 30m de altura y unos 25m de ancho, con
estalactitas y estalagmitas, y algún que otro gours activo. Es el producto del paso del tiempo y por
supuesto del agua durante millones de años, en principio era un tramo
subterráneo, pero que tras un derrumbe, ha formado lo que actualmente es un
espectacular cañón. A partir de aquí comienza el tramo donde hay que rapelar
para poder progresar; comentar que es un barranco que sólo está activo cuando
ha llovido varios días y que pronto se seca, sólo en el último tramo hay agua
que además está muy fría, transparente y de un color azul verdoso, que invita a probarla, y es
efectivamente lo que hicimos en una de sus surgencias. Este cañón de paredes de
casi 200 metros
acoge una colonia importante de buitres leonados, que nos acompañan
prácticamente en todo el trayecto. Es necesario pedir un permiso para poder
hacer este sendero, además en estas fechas suelen las empresas hacer su agosto,
con lo cual hay que pedirlo con tiempo. Decir que a veces hay que hacer cola en
los rápeles para poder avanzar, tanta gente por allí hace que pierda cierto
encanto. ¡Ah, se me olvidaba, no fuimos en vespinillo, forma parte del protocolo de vuelta!. Un saludo.
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