Las dos
últimas salidas de trapicheo de cuevas nos han causado sensaciones distintas,
el primero tenía por objetivo visitar la cueva de los Órganos, e iniciar en
este mundillo a unos jóvenes aventureros, pero nuestra sorpresa fue
encontrárnosla cerrada a cal y canto, ¡otra cueva que hay que pedir permiso!,
en este caso supongo que a la delegación de Medio Ambiente de Málaga. Bueno,
había que poner buena cara aunque la faena ya estaba hecha. Así que sobre la
marcha improvisamos visitar algún otro lugar que esta sierra de la Camorra (Mollina), nos
pudiera ofrecer, por aquí se encuentran numerosas cuevas y simas, como la del
Soldado, la Higuera,
Sima Begoña y la Araña;
nuestro amigo José tenía referencias de que cerca se podría encontrar la
entrada de la cueva de La Araña. Y
así fue, a buscarla, hacía calor así que después de un rato, decidimos unos
pocos quedarnos con los niños, en un lugar muy fresco, llamado la Torca del Corralón, una
espectacular dolina con un microclima que invita a visitar y reposar. Localizada
la boca, y echado el rato en este fantástico rincón, hicimos retirada con la
intención de volver a visitar la cueva de la Araña.
Al fin de
semana siguiente volvimos a explorar esta preciosa sima-cueva. Empezamos la
jornada acompañados en esta ocasión de Pakillo y Tricu, que venían con ganas de
retomar sus anteriores experiencias de espeleo. La entrada es un pozo que tiene
unos seis metros de profundidad, que da a una
amplia sala donde pronto apreciamos la belleza de sus formaciones,
acentuada por la entrada de un rayo de luz exterior. Seguimos a través de una
rampa muy pronunciada y escurridiza que nos lleva a una sala llamada de La Capilla, en la cual
abundan las formaciones de gran belleza. De ahí pasamos a la otra gran sala
llamada de La Inmensidad,
a la que se accede a través de un destrepe.
En ella nos encontramos todo tipo de formaciones, estalactitas,
estalagmitas, columnas, banderas, coladas y los famosos huevos fritos de esta
zona; ¡Ah! También una serie de belenes que alguien se ha dedicado a colocar en
distintos rincones, que a mí particularmente no me hacen ninguna gracia, como
también dos grafitis muy llamativos y que parecen antiguos hechos en dos
preciosas coladas; éstas actuaciones (entre otras cosas) sobre el medio natural
dan pie a los políticos, a cerrar todo lo que pillen y más. La cueva presenta
abundante humedad y muchas formaciones destruidas, posiblemente por causas
naturales. Por último, a la salida pude dar fe con una foto de la presencia del
animalito que da nombre a la cueva, una hermosa araña.
Tuvimos la suerte de coincidir con nuestros amigos Ángela y Paco Hoyos, que como siempre venían dispuestos a llevarse en su cámara una colección de espectaculares imágenes, ¡espero verlas pronto!.
Un saludo y hasta la
próxima.
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