Segundo día tras las cumbres nevadas, en esta ocasión nos
aventuramos a subir al Pico Bermejo (1474m). Partimos del cortijo de la Dehesa Vichira, y aunque en un principio nuestro objetivo era subir por el
Roero Soto y visitar su cueva, lo escarpado del terreno y la cantidad de nieve
que aún conservaba nos hizo cambiar la ruta si queríamos llegar arriba. Hoy si
tuvimos sensación de alta montaña, el tiempo no se definía y en cualquier
momento nos podía hacer volvernos, pero, no sólo no lo consiguió, sino que le
dio un toque más de emoción a la ruta. Cómo imponía ver la inmensa mole que es
el Bermejo por su cara oeste; la sensación de ir abriendo camino, cómo te
clavabas en el terreno por algunos tramos por la cantidad de nieve acumulada y
la inestabilidad del terreno que pisabas. Según íbamos ascendiendo el paisaje
se tornaba más espectacular, empezábamos a divisar desde las alturas todas las
crestas más importantes de la subbética tintadas de blanco, Alhucema, Sierra
Alta, Tiñosa, el puerto del Cerezo, con su zigzageante camino, y al sur el
imponente pantano de Iznajar. Un lujo llegar arriba y además permitirnos echar
un tentempié contemplando el paisaje, y sin nada de viento, una gozada. Un
saludo.
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