En estos días de estancia por la provincia de Burgos, he
tenido el placer de participar en buena compañía de José Ballesteros, Kisko
Luis, Paco Galo, Ángela Diez y Paco Hoyos de dos actividades que se resumen bajo
la denominación de “espeleofoto”. Hemos visitado tres cuevas emblemáticas para
fotografiar, formando parte del equipo de Paco Hoyos; tarea dura, por la
complejidad que supone fotografiar salas de grandes dimensiones, sesiones de
ocho o nueve horas bajo tierra (por cierto más fresquitos que arriba),
repetición de fotografías hasta dar con la adecuada, pero también llena de
satisfacción por lo visto, vivido y aprendido.
Comenzamos visitando la cueva de Fuentemolinos, en
Villafranca de Puras, gracias a la amabilidad de Sergio. Esta cueva es una
surgencia activa de cuyas aguas el pueblo se abastece, un río subterráneo la
recorre durante 1.800
metros. La cueva tiene un desarrollo esencialmente
horizontal que viene determinado por la actuación erosiva de una corriente de
agua en función de una importante diaclasa (grieta vertical), de sentido
longitudinal. Está formada por tres pisos, los pisos superiores son coincidentes con el del río
y están unidos a la galería inferior formando balcones comunicantes. Se puede
ascender directamente al piso superior
con la ayuda de técnicas de progresión vertical. Este piso es el de más
belleza, por sus formaciones litogénicas y epifreáticas.
Después nos
instalamos en Santelices (Merindad de Valdeporres), hospedados en casa del
Chuchi, quién puso a nuestra disposición la cueva del Paño, siguiente objetivo
a fotografiar. Durante estos días, hemos estado en contacto continuo con la
naturaleza, vivíamos en pleno monte, y además de disfrutar del paisaje, de su
río Nela, hemos estado siempre
acompañados de una pareja de alimoches, con su polluelo valentón, que en una
ocasión nos llegó a pasar a dos cuartas de nuestra cabeza, allí en la casa.
Estuvimos tres días, para fotografiar el Paño (y siempre quedan fotos
pendientes); ésta es una importante cueva, descubierta no hace mucho (1992),
que pertenece al Karts de Ojo Guareña, la cavidad más grande del país. Se
encuentra en la planicie denominada Sierra Llana, excavada en un paquete de
caliza y calizas dolomíticas; la entrada se resuelve superando un pozo de fácil
acceso de unos 10m, pero con la dificultad de ir sorteando una comunidad de
tritones y ranitas se San Antonio que nos reciben. A partir de ahí, la cavidad
se divide en dos sectores, que ellos denominan, la parte antigua y la nueva.
Están formadas por bellas salas de gran dimensión, donde conviven en
maravillosa armonía, preciosas coladas estalagmíticas con caóticos bloques.
Por último, la cueva-sima de Covanegra, parece ser que ideal
para iniciados como yo en espeleología, ¡qué “acojone” cuando vi el porqué de
Cueva Negra!; un agujero negro abierto en la tierra que parecía querer
tragarnos. Es
impresionante el acceso a la cavidad a través de un salto en volado de 35 metros por una entrada
de 8 por 10 metros,
que nos comunica desde la bóveda con la gran sala de 120 por 40 metros. El suelo está
cubierto de bloques de gran tamaño desprendidos del techo de cuyas paredes
cuelgan numerosas formaciones. La amplitud de la boca de entrada permite el
paso de la luz solar, lo que ha dado origen a cierta vegetación: helechos y
musgos, y a la presencia de un grupo de grajas que continuamente parecen
protestar por nuestra presencia. Posee también dos sectores, que la hace de las
cuevas más interesantes de la provincia tanto por la amplitud de sus galerías y
la abundancia y belleza de sus formaciones litogénicas, como por su desarrollo.
Cuando acabamos la jornada tuvimos la necesidad, pues ese día además en el
exterior la temperatura había subido considerablemente, de darnos un baño en el
río Nela, en sus aguas mansas que además a dos metros de la orilla ya nos
cubría; ¡ah! y con sesión de pedicura incluida.
Fantásticos días, con visita obligada a Puentedey, con su espectacular
puente excavado en la piedra; Orbaneja del Castillo, precioso pueblo en el
entorno del cañón del río Ebro, con sus espectaculares cascadas, construcciones
en piedra y sus cuevas de agua; y muy cerca visita obligada a el Pozo Azul,
espectacular nacimiento o surgencia que hasta la presente ha sido explorada a más
de nueve mil metros de distancia. Bueno, seguro que se me olvidan cosas, pero
con lo dicho ya está bien, os dejo fotos de la estancia por estos lugares, y espero
que os guste.
Un saludo.
Espectacular. Sin palabras....
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