Llegamos al cortijo Vichira, dejando atrás el poblado de los Villares, para cubrir nuestro objetivo que no es otro, que no rodar más de la cuenta y visitar la cueva del Roero. ¡Un pecho de aupa!, piedras y más piedras... pero como siempre no hay esfuerzo que no merezca la pena. Un saludo
No hay comentarios:
Publicar un comentario