Hoy ha sido “un día de subidón”, vaya donde nos ha metido el
amigo Julián, y más alucinados hemos quedado cuando nos ha contado la historia
de la cueva, ¡que es increíble!. Su descubridor, Juan Pedro Jurado Cuadra “El
Finillo”, maestro cazador, (fallecido en abril de 2.010) andaba buscando a su
perra y desesperado, se metió en la cueva con la ayuda de un mechero, ¡sí con
un mechero!, pues parece que la perra respondió a sus llamadas, y que había llegado allí persiguiendo
a un zorro. Esta se encontraba en el fondo del pozo que hay al final de la
cueva, descendió hasta ella y la rescató. Según Julián les contó la historia y
fue a enseñarles la cueva, quedando todos maravillados de lo que había tras aquella
pequeña raja, y del valor que le había echado ese hombre para meterse allí con
un frágil mechero, (si lo pierde o deja de funcionar de allí no sale). Se
accede reptando, por un pasadizo estrecho y angustioso, hasta llegar a una sala
donde se concentra lo más interesante. La cueva tiene múltiples y preciosas
formaciones, miles de estalactitas, estalagmitas, columnas, banderas, gours y
excéntricas, algunas con bellos colores… Pero lo que más llama la atención según
dicen los espeleólogos expertos, es la cantidad de formaciones rotas que hay en
el suelo, producto de un antiguo terremoto y que se han vuelto a pegar. Es una
pequeña joya dentro de las cavidades subbéticas, situada en las proximidades
del cortijo de Salmerón. ¡Ah, no puedo dejar de destacar el espíritu aventurero
y la valentía, que nos ha demostrado nuestra amiga Mª José, porque para ser la
primera vez hay que tener “muchos moles” para meterse ahí! Un saludo y hasta la
próxima.
domingo, 27 de noviembre de 2011
domingo, 20 de noviembre de 2011
LAS BUITRERAS
En esta ocasión escogemos la Cañada de las Grajeas para
acceder a la Loma
de Abuchite (Las Buitreras) y contemplar desde arriba una de las vistas más
espectaculares de la
Subbética, así como también la explosión de color otoñal y el
majestuoso vuelo de la comunidad de buitres que por allí habita. Comentaros que
en veinte años que llevo pingoneando por estas sierras, es la primera vez que
tengo la suerte de ver viva una víbora, y digo suerte porque a pesar de
llevarme un sustillo, la he tenido a 20cm de mi pie, y no he tenido la mala
suerte de pisarla que hubiera sido peor. Por querer enseñársela a mis
compañeros he perdido la oportunidad de hacerle un buen reportaje, pero al
menos la muestra fotográfica sí le hice, espero que os guste. A propósito os
invito que veáis un bonito vídeo del naturalista Luís Miguel Domínguez, para
que distingamos cómo es la víbora hocicuda que habita en nuestras sierras. Un
saludo.
viernes, 18 de noviembre de 2011
martes, 1 de noviembre de 2011
ROERO del SOTO
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